
Se desprende de una encuesta realizada a 1.012 personas de todo el país, 47 de ellas en Córdoba.En la Semana Internacional Contra el Acoso Callejero se realizan en Córdoba y todo el país diversas acciones direccionadas a instalar y concienciar sobre la temática.
Una de ellas es la pegatina de carteles con los piropos más frecuentes, algunos de ellos con un gran contenido de violencia.
De una encuesta realizada en el 2011 por la encuestadora MBC Mori en varias provincias argentinas, entre ellas Córdoba, se desprende que el 25% de las mujeres siente que un piropo por parte de un desconocido es una forma de acoso. Hay un 15% que no puede definirlo, pero tampoco lo interpreta como un halago, y el 60% se siente halagada.
En este sentido la agrupación “Acción respeto: por una calle libre de acoso”, lanzó ayer una campaña gráfica en la vía pública en la que en carteles reproducen algunos de los piropos más frecuentes que acosan a las mujeres en la calle.
La encuesta, que se realizó en marzo del 2011 con la finalidad de dar un marco de exactitud al planteo que sostienen grupos que trabajan desde hace tiempo en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la diversidad, contó con 1.012 encuestas, 553 de ellas fueron a mujeres.
Se utilizaron dos técnicas de muestreo, por un lado, una parte se realizó de forma telefónica (en aquellas localidades con mayor penetración) y por otra, se realizaron encuestas cara a cara en los hogares de los entrevistados (para localidades de menor penetración telefónica).
Se incluyeron las localidades de todo el país, con más de 5 mil habitantes. En Córdoba se realizaron 47 entrevistas, en proporción a la cantidad de habitantes que pretendió alcanzar el estudio. “Como se trata de una muestra representativa de la población nacional, la cantidad de entrevistados se corresponde con el peso que esa provincia tiene en el universo”, señalaron.
Vale destacar un corte del estudio, en que se diferencia que diferencia la aceptación de los piropos según el nivel educativo formal, el nivel socioeconómico y la edad.
Allí cuando se les preguntó si un desconocido le dice un piropo, se siente acosada. El 26% corresponde a personas con educación secundaria incompleta, 25% corresponde a encuestados con estudios secundarios completos y superiores incompletos, y el 21% corresponde a personas con educación superior completa más posgrados.
Si bien no se registran diferencias de esta percepción según nivel educativo formal, aunque la tendencia indica que a mayor nivel educativo, menor sensación de acoso. En cuanto al nivel socieconómico, al considerar el son las de nivel más bajo (D1D2E) las que frente a esta situación se sienten menos halagadas (57%), casi 10% menos que las de nivel alto (C1C2).
En relación a la edad de las encuestadas, cuatro de cada 10 mujeres menores de 25 años perciben el piropo callejero como acoso, al igual que el 34% de las que tienen entre 25 y 39 años. A menor edad, mayor percepción de vulnerabilidad frente a esta situación Acción respeto: por una calle libre de acoso, lanzó ayer una campaña gráfica en la vía pública en la que en carteles reproducen algunos de los piropos más frecuentes que acosan a las mujeres en la calle.
Una de ellas es la pegatina de carteles con los piropos más frecuentes, algunos de ellos con un gran contenido de violencia.
De una encuesta realizada en el 2011 por la encuestadora MBC Mori en varias provincias argentinas, entre ellas Córdoba, se desprende que el 25% de las mujeres siente que un piropo por parte de un desconocido es una forma de acoso. Hay un 15% que no puede definirlo, pero tampoco lo interpreta como un halago, y el 60% se siente halagada.
En este sentido la agrupación “Acción respeto: por una calle libre de acoso”, lanzó ayer una campaña gráfica en la vía pública en la que en carteles reproducen algunos de los piropos más frecuentes que acosan a las mujeres en la calle.
La encuesta, que se realizó en marzo del 2011 con la finalidad de dar un marco de exactitud al planteo que sostienen grupos que trabajan desde hace tiempo en el reconocimiento de los derechos de las mujeres y la diversidad, contó con 1.012 encuestas, 553 de ellas fueron a mujeres.
Se utilizaron dos técnicas de muestreo, por un lado, una parte se realizó de forma telefónica (en aquellas localidades con mayor penetración) y por otra, se realizaron encuestas cara a cara en los hogares de los entrevistados (para localidades de menor penetración telefónica).
Se incluyeron las localidades de todo el país, con más de 5 mil habitantes. En Córdoba se realizaron 47 entrevistas, en proporción a la cantidad de habitantes que pretendió alcanzar el estudio. “Como se trata de una muestra representativa de la población nacional, la cantidad de entrevistados se corresponde con el peso que esa provincia tiene en el universo”, señalaron.
Vale destacar un corte del estudio, en que se diferencia que diferencia la aceptación de los piropos según el nivel educativo formal, el nivel socioeconómico y la edad.
Allí cuando se les preguntó si un desconocido le dice un piropo, se siente acosada. El 26% corresponde a personas con educación secundaria incompleta, 25% corresponde a encuestados con estudios secundarios completos y superiores incompletos, y el 21% corresponde a personas con educación superior completa más posgrados.
Si bien no se registran diferencias de esta percepción según nivel educativo formal, aunque la tendencia indica que a mayor nivel educativo, menor sensación de acoso. En cuanto al nivel socieconómico, al considerar el son las de nivel más bajo (D1D2E) las que frente a esta situación se sienten menos halagadas (57%), casi 10% menos que las de nivel alto (C1C2).
En relación a la edad de las encuestadas, cuatro de cada 10 mujeres menores de 25 años perciben el piropo callejero como acoso, al igual que el 34% de las que tienen entre 25 y 39 años. A menor edad, mayor percepción de vulnerabilidad frente a esta situación Acción respeto: por una calle libre de acoso, lanzó ayer una campaña gráfica en la vía pública en la que en carteles reproducen algunos de los piropos más frecuentes que acosan a las mujeres en la calle.